Nos levantamos del sillón, de la sala brincamos al baño, nos metimos a la tina y nos seguimos riendo, esos momentos de exceso iban y venían… No sé en qué momento nos aislamos y dejamos las bebidas a un lado… la fiesta nos siguió hasta el baño todos terminaron dentro con nosotros, nos ofrecían que fumar, dijimos que no…

- Ándale un pase no se le niega a nadie…

Tanto ruido y gente alrededor era imposible escucharnos… salimos de la habitación y caminamos hacia la alberca, yo cargaba las cervezas y conforme nos alejábamos la música bajaba de volumen…

- me gusta tu novio?... es guapo
- Ya me lo imaginaba… si casi te lo comías con la mirada…
Risas…

Después de las revelaciones, vendrían recuentos de vivencias, sin saber cuánto alcohol tomamos, me agradaba esa sensación de liberación, platicar y no sentirte culpable de tomar una postura relajada.

Sentados en la orilla de la alberca armamos una torre con las latas de las cervezas, comenzaba amanecer, canciones ochenteras, la familia el dinero y los ex novios fueron la comidilla del momento.

- Wey me caes de poca madre… luego viene un abrazo
- Cuando te vi la primera vez pensé que ibas a ser bien culero…
Risas y mas abrazos…

Si un flashback al ver hoy a una amiga… recordar mi época de borracho insaciable, o aquella golden age en donde todo me valía madre.
Estuvimos platicando y me acorde de la borrachera que nos pusimos y que al final de la noche… o tendría que decir al amanecer?...

Terminamos emocionados hablando sobre un escritor y un libro que nos hizo ‘tripping’… El principio del Placer de José Emilio Pacheco… [mode todo recuerdos off].